
Baja el ritmo: Cómo desconectar el cuerpo y la mente antes de acostarte
Hay noches en las que nuestro cuerpo parece listo para descansar, pero nuestra mente sigue activa. Nos acostamos, cerramos los ojos, pero seguimos reviviendo el día, pensando en lo que queda por hacer o en el futuro. Es como si el momento del sueño estuviera físicamente presente, pero mentalmente distante.
Es importante recordar que el sueño no se produce de forma impulsiva. Es necesario prepararlo. No basta con querer dormir; es necesario permitir que el cuerpo y la mente reconozcan este momento como seguro y apropiado para parar. Crear este ambiente empieza mucho antes de acostarse.
La luz brillante, el ruido y los estímulos constantes mantienen el cuerpo alerta. Reducir el tiempo frente a pantallas y optar por actividades más tranquilas al final del día puede ayudar a revertir este ritmo. El entorno también importa: luces tenues, una temperatura agradable, ropa cómoda y sonidos relajantes le indican al cuerpo que todo está listo para descansar.
La mente responde a la repetición y a las señales. Tener una rutina tranquila y constante para la hora de dormir crea asociaciones que facilitan este proceso. Un horario regular y hábitos sencillos como leer, tomar un baño caliente o simplemente respirar profundamente pueden facilitar esta transición.
Bajar el ritmo no es una pérdida de tiempo. Es darle tiempo a tu cuerpo y mente para reorganizarse. Y es en este tiempo de transición que comienza el camino hacia un descanso más profundo.